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Brasil: el ángel de las piernas tuertas

Brasil pasó a la semi pero se quedó sin Neymar

Recogió la franela, la guardó en el bolsillo trasero del pantalón y salió al Arena Castelão a las 5 de una tarde calurosa. Contra todos los pronósticos, al menos los de los argentinos, Colombia dejó de ser el mejor equipo de la copa mundial. Brasil sacó el trapito en las narices de los dirigidos por Pékerman y a los 8 minutos lustró la chapa de campeón.

Ya no es el Brasil de Garrincha, al que Vinicius de Moraes le dedicó el poema "El ángel de las piernas tuertas". Nada de jogo bonito, había adelantado el joven Neymar Junior. Podemos estar seguros de que no exageró. Brasil no dejó jugar a Colombia, quien se vio sorprendida por ese gol tempranero y tardó bastante en poder concentrarse. El primero llegó en un córner. La pelota cruzó el área hasta el segundo palo, donde esperaba agazapado el capitán Thiago Silva. Fue un segundo apenas, un mínimo descuido de Sánchez, que perdió la marca. Silva no perdonó.

Brasil preparó la tabla, sacó el apresto y planchó el partido. Una tapada doble de Ospina, primero a Fred y luego a Neymar. Más tarde llegó un remate de Hulk. Colombia desapareció por completo, irreconocible, como si alguien le hubiese dicho “ya está, llegaste lejos, conformate”. Lo triste es que se conformó nomás.

De un gol bien anulado a Yepes vino el contra ataque de Brasil que terminó en el 2 a 0. Una falta inexistente a 25 mts del arco. Pateó David Luiz, que tuvo una tarde-noche eléctrica. Si no fue el hasta ahora mejor gol del mundial, anda cerca. Nadie quería admitirlo, pero Colombia estaba herida de muerte. Por momentos pareció que despertaba, que se empezaba a ilusionar con algunos destellos del niño James.

Justamente un pase de Rodríguez a Bacca terminó en un penal de Julio César. Fue el 2 a 1; a 10 minutos del final y con una defensa brasilera que, habiendo sido el bastión del equipo local durante todo el encuentro, no dudó en reventar la pelota a cualquier parte en señal de “cuánto falta para que esto termine”.

Más de 50 faltas se contabilizaron a lo largo del partido. Quién las anotó, no se sabe. De lo que podemos estar seguros es que no fue Velasco Carballo, el árbitro español de pésimo desempeño, ni nadie de su team. Al menos fue parejo, es decir que se equivocó para los dos lados. Lástima que cuando la performance de un árbitro es tan mala, los que terminan sufriendo las consecuencias son los jugadores y el espectáculo.

Con un poco de chucho brasilero durante los 5 minutos de descuento, la disputa por el pase a semifinales terminó en tiempo reglamentario. Hubo fiesta de camisetas amarillas. Consuelo de Alves y David Luiz al niño James, que lloraba apenado. Fractura de vértebra para Neymar, que se queda sin mundial gracias a un rodillazo de Zúñiga. Emoción de Pékerman frente a un periodista colombiano ante la pregunta “¿qué le quiere decir al pueblo de Colombia?”. “Que los quiero mucho”, contestó José entre lágrimas.

Brasil se medirá con Alemania, que en el mediodía de ayer le ganó a Francia por la mínima diferencia. El local no tendrá a su figura estelar pero quizá saque a relucir nuevamente la chapita. La otra llave se cerrará en horas nomás. Esperemos que la Argentina quede del lado de adentro de la puerta.