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¿Qué fue de la azafata despechada? ¿Te acordás?

“Me podés cagar la vida por una pendejada”, le recriminó la hija a la azafata, que continuará detenida.

La historia la tomamos de Infobae y nos parece perfecta para mostrar como "padres inmaduros" pueden poner en riesgo a sus hijos.

El juez Federico Villena, a cargo de la investigación, sostuvo que la azafata puede entorpecer la investigación y por lo tanto le negó la excarcelación.

Se corroboró que quiso borrar datos de su celular alojados en la “nube”.

Daniela Carbone, la azafata acusada de haber amenazado con poner una bomba en un vuelo de Aerolíneas Argentinas que iba a Miami para vengarse de su ex pareja porque la había dejado, seguirá presa.

El juez federal Federico Villena sostuvo que la mujer puede, en libertad, entorpecer la investigación.

Es que, según se descubrió, la comisario de abordo intentó, de manera remota, reestablecer el dispositivo Iphone al que le había cambiado el chip para hacer la amenaza, y desde allí “borrar todo su contenido” del teléfono. Fracasó en su intento y las pruebas encontradas allí la comprometen, según pudo saber Infobae.

Desde ese teléfono, que pertenecía a su hija, Candelaria, la mujer llamó el 21 de mayo, a las 7, a celulares clave para intentar frenar la salida del vuelo a Miami en el que iba su ex novio, el hombre más joven con el que había estado en pareja los últimos cinco años y la había dejado hace dos meses.

“Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos”. La advertencia llegó a teléfonos de P.G.A y de I.R.M., afectado al vuelo que estaba por partir.

La voz del mensaje estaba distorsionada por una aplicación. También se encontró sus búsquedas en Google para saber cómo confundir su voz.

Según la investigación, no fue la única llamada que hizo Carbone.

Se cree que la mujer también se encargó de llamar al celular del piloto del vuelo. Esta vez no fue un mensaje de audio sino por escrito.

Ahí le avisó: “Hacé lo que te decimos perez (sic) que sabemos a qué colegio van tus hijos”.

El objetivo era claro: que el vuelo no saliera. Pero apuntó hacia el piloto para confundir el verdadero destinatario: su ex pareja que iba como azafato en el avión y que ya estaba con una nueva novia.

“Ella quedó más dolida”, declaró el hombre cuando enfrentó al juez como testigo.