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#Una mala. Cerró el bar La Paz, cuna de bohemios e intelectuales

Cerró el bar La Paz, repleto de historias de bohemios e intelectuales

Otro más que dice adiós y no volverá a abrir nunca más...

No pudo resistir a la pandemia, la cuarentena, la economía de este maldito país.

Bajó la persiana días antes de la reapertura del bar La Giralda.

Fundado en 1944, entre sus habitues figuraban desde Rodolfo Walsh a David Viñas. Su época de apogeo fue antes de la dictadura militar.

Un grande iba a volver a abrir sus puertas a metros, sin embargo, el bar La Paz tuvo que cerrar.

Fundado en 1944, este Bar Notable, fue el lugar elegido por intelectuales y bohemios. Apenas llegó la pandemia cerró sus puertas, pero con la promesa de reabrir. Hace pocos días, bajaron el cartel y confirmaron su cierre definitivo.

La realidad, es que en la Argentina de hoy, para sobrevivir vendiendo café con todas las restricciones absurdas que se han tomado durante la pandemia hay que convertirse en Harry Potter para sobrevivir.

Y no todos los pueden o quieren hacer, esa es la realidad.

La historia cuenta según BAE, que....

En las mesas del bar La Paz se arreglaba el mundo, o por lo menos se intentaba. Todas las noches, se daban grandes debates y eternas charlas.

Un amor de Walsh

En 1967, la periodista Lilia Ferreyra vio, por primera vez en La Paz, al escritor Rodolfo Walsh. Cuenta Juan Francisco Vilches en Agenda 365 que ese día, Walsh le autografió el libro Un kilo de oro.

Lilia volvió muchos veces a ver si lo veía y nunca más se lo cruzó en La Paz. Recién separado de su tercera mujer, Piri Lugones, habían hecho un trato. “Para no cruzarse, Rodolfo tenía prohibido ir a los bares de mano izquierda de Corrientes, bajando al Obelisco, y Piri tenía prohibido ir a los bares de mano derecha.

Rodolfo solo incumplió la promesa aquella tarde cuando conoció a Lilia”, contó Vilches. Años más tarde, se reencontraron en Chiquilín y se convirtieron en compañeros inseparables.

Viñas y su nieta

David Viñas iba siempre, elegía la mesa de la ventana. Cuando se abrió el área para fumadores siempre quería ir al “fumadero”.

Cuentan que La Paz fue testigo del primer encuentro con su nieta, hija de uno de sus dos hijos desaparecidos, según recordó alguna vez Infobae.

Cuando volvió del exilio durante la dictadura, enseguida quiso ir a La Paz, tenía la esperanza de volver a reencontrarse con todos sus compañeros de aventuras.

Otros bohemios...

Ricardo Piglia, el “Mono” Villegas, Ricardo “Patán” Ragendorfer y Luis Salinas, también eran visitantes asiduos.

Desde la época en la que se podía fumar y todo estaba bien, las noches en La Paz eran eternas. Previo a la dictadura militar era un lugar de cita casi obligada.

Se respiraba un aire especial, repleto de sueños e ideales. El golpe militar obligó a exiliarse a muchos de sus habitues y muchos nunca más volvieron.

Ya nada fue igual.

Luego vino la democracia y los intentos de sobrevivir y ganar plata, lo cuál es, fue y será complicado.

Todo fue cambiando de a poco, a fines de 1996, La Paz cerró y fue restaurado.

En junio de 1997, reabrió con nuevos aires. Los mozos de siempre ya no estaban. Uno de sus ex dueños, José Luis Caneiro cuando reabrió en 1997 le dijo a La Nación: "A los bares no los hacen ni los dueños ni los arquitectos, sino la gente que los habita".

Poco a poco, el bar más emblemático de la calle Corrientes olvidó su esencia. Creo un espacio especial para fumadores, en el intento de retener a sus clientes.

El frente fue arruinado con un kiosco Open 25. Y ya no quedaba nada de ese viejo Bar Notable que supo refugiar a solitarios y nocturnos.

Cerró su tradicional billar del primer piso y hasta hoy sus tacos siguen guardados bajo llave, esperando que los autoricen a reencontrarse con sus dueños.

En 2016, una cooperativa de jóvenes lo reabrió y convirtió las mesas de billar en una vidriera de libros. Lo bautizaron La Paz Arriba y le dieron vida con milongas, noches de swing y recitales.

El empresario gastronómico español Ángel Valcarcel Fiz, dueño de varios bares porteños, fue su último dueño. Cerró el bar el 19 de marzo de 2020 por la cuarentena. Al poco tiempo, comenzó a desvincular al personal.

A principios del 2021, aseguraba que en abril reabría. Pasaron los meses y todo seguía igual

No pudo ser...