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¿Y todavía te preguntás por qué perdiste? Marche un INADI de verdad por ahí....!!!!

El Presidente por querer ser siempre políticamente correcto termina siendo todo lo contrario.

¿No saben por qué perdieron? ¿No.....?

Te recuerdo una de tantas.

Sr. Presidente, usted se comportó como un racista de poca monta, que nos hizo quedar para el carajo frente a todo el mundo y la verdad, usted le importó poco todo el trabajo que vienen desarrollando ONGs y el mismo Estado para hablar de inclusión y no de divisiones.

Usted, y yo no lo perdono nada, se comportó como un delincuente, porque usted exteriorizó lo que tiene adentro:: mierda, mucha mierda.

A nadie le importa su perdón. Su falso perdón para quedar bien con nadie. Hasta al INADI ya no se le cree el papel que cumple.

Somos lo que sale de nuestra boca.

Somos eso, los cancheros que en un café podemos hablar de todo y de todos, opinar sin conocer, con prejuicios, con máximas que no dejan de ser estupideces.

"Los mexicanos vienen de los indios, los brasileños de la selva y nosotros, los argentinos venimos de los barcos" dijo el inimputable Alberto Fernández.

Una verdadera bestialidad.

Que muestra que Alberto Fernández (grande le queda el título de presidente y aclaro lector, esto no es una ofensa porque la primer persona que no respeta la investidura es él mismo con las cosas que salen de su propia boca) es una persona que no entendió el lugar que juega, el cargo que le dio el pueblo argentino.

El mandato popular no es para desacreditarnos mundialmente, para enemistarnos con otros países que comparten América junto a nosotros, no es para eso el mandato popular al que todavía le falta terminar.

No es para eso.

Nos solidarizamos con el pueblo mexicano, con el pueblo brasileño y con todos los argentinos que tienen orígenes propios de esta tierra y que en el día de ayer se sintieron agraviados nada más ni nada menos que por la persona más importante que hoy tendría Argentina: su presidente.

Un verdadero estúpido e imbécil que tendría que pensar y abrir la boca después.

Todavía sigo sintiendo que hoy, después de escuchar nuevamente ese discurso tan enfermo, me da asco ser argentino.

¿Sabe por qué perdió?

Porque el saco de Presidente le queda muy grande y para hablar giladas no es necesario sentarse en el sillón de Rivadavia.

Basta con entrar a cualquier bar de la esquina y listo.