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Semana Santa en La Paz, Entre Rìos ¡¡¡ yo ya hice las valijas....!!!!

Un clásico que hoy se convirtió en un atractivo turístico en sí mismo.

La historia va a contar que la hizo una y otra vez. Una y otra vez, con ayuda de amigos, solo, pero siempre una y otra vez. Y habrá una vez más. Y otra….y otra…

Por que si hay algo que a Cacho le gusta es dar de comer. Dar de comer no es solo que te sirvan, es que te enseñen el por qué de cada ingrediente, de cada condimento.

Es explicar recetas, es escuchar sugerencias para aprender, es pasar por las mesas y dejarle al comensal una pizca de sabiduría.

Y eso logra Cacho: transmitir sabores, olores, anécdotas, experiencias vividas desde que empezó a cocinar para otros.

Y la “paella de río” cómo el la bautizó es uno de estos manjares que no probarlos se vuelve pecado.

"Vení y la preparamos juntos” me dijo cuando le pregunté si este año volveríamos a probar esta delicia.

Frente al río de su ciudad y ante miles de vecinos que hicieron colas interminables para probarla, ante turistas que están de paso o junto a sus fieles clientes-y amigos que reservan una mesa para disfrutarla en Garibaldi, “el restaurante de Cacho”, como le dicen acá en La Paz, Entre Ríos.

Así este plato se fue haciendo un clásico local, y rápidamente ganó fama en ciudades cercanas logrando que muchos viajen horas para volver a probarla.

La idea de dar vida a una “paella de río” surgió para lograr que la ciudad tenga un plato que la identifique.

Intentar copiarla es inútil.

Al mejor aroma de los sabores del río se le suma el arroz magnífico de esta prodigiosa tierra, el caldo de pescado y verduras junto al pollo, y un picado de cebollas, morrones, tomates y el toque justo de pimentón español y azafrán ibérico para que la magia participe en cada mesa logrando el “payé” litoraleño necesario para quedar enamorados de este plato eternamente.

"Uno de los mejores arroces del mundo se cultiva en estas tierras, el buen pescado siempre abunda y el pollo ya es parte del adn de los entrerrianos. Si se sabe combinar estos tres ingredientes es posible lograr algo majestuoso” me dice Carranza cuando le pido que me describa la paella.

De Valencia al mundo…

España, la que a nivel gastronómico sigue siendo para muchos “la madre patria”, nos ha enseñado recetas mágicas que hasta el día de hoy se repiten a la perfección: la paella es una de ellas.

Se originó entre los siglos XV y XVI cerca de Valencia, España, y comenzó siendo un alimento común entre campesinos y pastores, que utilizaban una sartén gigante llamada “paellera” para ir mezclando todos los condimentos

El plato se hizo popular en otras regiones españolas, que comenzaron a realizar variaciones con lo que tenían a mano.

Así surgió la paella marinera o la paella mixta, que unía sabores de tierra firme con el mar y a medida que la receta salió de Europa encontró nuevos agregados que con el tiempo se volvieron tradición y costumbre. Y así, el mundo gastronómico se rindió a sus pies.

No tengo dudas que Cacho Carranza es hoy uno de los chefs entrerrianos que mantiene intacta esta tradición.

Me habla del punto exacto del arroz, de cómo se mezclan los sabores para que la paella tenga un aroma sublime imposible de imitar. Me cuenta que los españoles se vuelven locos por el “socarrat”, que es cuando el arroz queda dorado en el piso de la paellera. Me avisa que es un plato permanente de la carta de su restaurante pero que hay que avisar porque lleva "un tiempito" prepararla.

La paella de río me obligó a viajar en el tiempo, me llevó a un pasado lejano para tratar de concebirlo, me hizo mirar en mi interior, en lo profundo del alma y el corazón, y ver como llegamos hasta aquí.

A entender que en la vida somos el resultado de lo que hicieron otros, de cómo pensaron otros, de cómo trabajaron otros, de cómo comprendieron el mundo otros, de cómo vivieron otros y sobre todo, de cómo comieron otros….

¡¡¡ Gracias Héctor Eduardo “Cacho” Carranza !!!