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Habló el Indio Solari. Y cada vez que lo hace arde Troya....!!!!

En Olavarría quedó quizás, moribunda en ese campo, la mística de una de las bandas más grandes de la historia del rock and roll

Si le preguntas a alguién que te defina lo que fueron los Redondos y sobre todo esos años de exceso, coca, faso y todo, y más.....la respuesta para sintetizar todo es "Ji ji ji", y en esas insignificante siglas (que solo los argentinos entienden) descansa no solo el mayor pogo del mundo sino todo lo que fueron los 80 y los 90 y el deshilachado comienzo del año 2000 y el desmembramiento de las bandas, el surgimiento de los solistas y las cajas fuertes de una sola llave.

Solari como solista logró lo mismo que una banda con integrantes de elite: llenar estadios, llenar campos, llenar todo lo que pretendía llenar. no estaba solo, en cada recital lo acompañaban la mística de lo que fue, y ya no camina solo quién hizo su propia Iglesia.

Aunque quiera, sus fieles creen más de lo que vieron y no hay forma de matar a las religiones.

Y si seguimos con su música "llenadora" "curadora" "despertadora" podemos decir que llenó tanto que vinieron los excesos, también por culpa de un historial donde no se sabía cuál iba a ser el último recital y nadie se quería perder el último.

Eso también cuenta.

Olavarría podía ser San Juan, Ushuaia o la mismísima Buenos Aires, no importaba donde, los creyentes iban y volverían a ir aún si se les dice, que pueden morir en el intento. Algunos y más de los que nos imaginamos morirían felices

Porque estar en el último recital es contarlo a los hijos, a los nietos y guardarlo para siempre en el baúl de los recuerdos, esa memoria que algún día, cuando volvemos de viejos todos, buscamos para recordar que alguna vez fuimos jóvenes y felices.

La verdad, sin mística ni glamour, es que el recital de Olavarría fue una locura, donde la capacidad del predio se vio colapsada por el negocio de muchos que vendieron hasta tres veces la capacidad del lugar.

Y desde ese momento (muchos lo quieren preso, otros lo detestan y otros lo aman) el Indio no tocó nunca más en vivo.

Y cada tanto, como en el día de ayer, alza la voz para hablar del país, de la política, del bien y el mal.

Ayer habló el Indio, y hoy habla todo el país de lo que dijo, de lo que quiso decir, de lo que tendría que haber dicho.

"Vivir solo cuesta vida" dice una canción.