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¿Quién no se va a sacar una selfie con Mafalda el sábado?

Este sábado, durante la noche de los museos, miles de selfies la tendrán como destinataria.

Sentada, arregladita, coqueta, como lo fue siempre en cada viñeta o tira que leimos. Siempre ilustre, porque si hay algo que le falta a Mafalda (y ya no a su creador, sino al personaje mismo) es que se la declare ciudadana ilustre. Se lo merece.

La entrañable personaje de historietas trascendió a su autor para convertirse finalmente en protagonista de su propia historia.

En septiembre de 1964, Joaquín Salvador Lavado, más conocido como "Quino", publica por primera vez, en el semanario Primera Plana, su tira Mafalda. Claro que no se puede hablar de esta inteligente y tierna niña sin mencionar su contexto...

Eran los años 60 y la dictadura militar dirigía el destino del país. Mientras, Quino dibujaba y escribía la tira. Precisamente, Mafalda tiene carácter documental para aquellos que quieren conocer el ser argentino de una época, representando a una sociedad de clase media progresista con ideas renovadoras.

Sin embargo, Mafalda también es universal en tiempo y lugar. Es que esta historieta fue leída por gran cantidad de generaciones y aún hoy tiene sus fieles admiradores en diferentes puntos del globo terráqueo.

En Agosto de 2005, en el barrio de Colegiales, se inauguró una plazoleta donde se homenajean a sus personajes a través de murales alusivos y dibujos en los bancos.

El 30 de agosto de 2009 se inauguró la estuatua y se descubrió una placa en el edificio donde vivió Quino y su pequeña niña. En la esquina de Defensa y Chile se ubicó la obra realizada por el artista plástico Pablo Irrgang, una bella Mafalda con vestido verde y medias blancas.