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#Sigue vigente el sapito. ¿A qué auto se le llama todavía la ranita francesa?

Para muchos una lata de sardinas, Para otros, el auto inolvidable. Un distinto, sin lugar a dudas

Rana, ranita, sapo, sapito, auto de granjero y así decenas de nombres despectivos.

No es un auto más.....es distinto y todavía lo sigue siendo por más que pasen los años y de pronto te olvidas de ellos y sin esperarlo aparece uno.

El francés Pierre-Jules Boulanger fue el creador de la famosa ranita: el 2CV quién comenzó el desarrollo del TPV (acrónimo en francés de Toute Petite Voiture, en español Vehículo mínimo), y fue patrón de Citroën desde finales de 1934, cuando la familia Michelin se hizo con el control de la empresa.

Durante la ocupación alemana de Francia en la Segunda Guerra Mundial se decidió mantener el proyecto en secreto.

Además de esto, se reestructuraron todos los galpones de producción desde inicios de la guerra para la construcción de carros de combate de la marca Renault.

Cualquier intento de continuar la producción de prototipos sería imposible, y más, considerando el peligro de que los alemanes utilizaran el proyecto para sus propios fines. Algunos prototipos fueron escondidos, pero en su mayoría fueron destruidos.

En 1994 fueron redescubiertos en un granero en Francia tres prototipos del TPV de aquella época. A la fecha de 2004 habían sido encontrados un total de cinco prototipos del TPV.

El 8 de octubre de 1948 en el Salón del Automóvil de París se mostró finalmente por primera vez la versión del TPV tal y como se conoce hoy en día, con un motor bicilíndrico refrigerado por aire de 375 c.c. y una potencia de 9 CV. Ya en su primera aparición pública, el automóvil causó a la vez admiración y burlas.

Según parece, un periodista estadounidense, al ver por primera vez el Citroën 2CV, preguntó: "¿Y dónde está el abrelatas?"

La historia, y la fidelidad de este hermoso auto, lograron algo inimaginado: el mundo le tiene respeto y admiración.