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Pasan los años y los chicos todavía piden “los Rasti”

No hay nada más lindo para un chico que lograr que dos piezas se unan, se encastren

Hay una historia familiar detrás de estos pequeños bloques que muchos los han adoptado como parte no solo de su vida diaria, sino también de los mejores momentos de su vida.

Lo cierto es que la familia Dimare lleva más de 50 años en la empresa de juguetes con más historia del país, y gracias a varias generaciones “los bloquecitos” siguen siendo para muchos, el mejor regalo del Día del Niño.

Los mismos fueron modelo y referente de la industria nacional del juguete que vivió su época de oro en los '60 y '70.

En plena dictadura militar la marca desapareció del mercado en 1975y resurgió en el año 2007 gracias al empuje de una familia entera de jugueteros argentinos obsesionada con los ladrillitos que querían dar vida nuevamente a lo mejor que tuvo la infancia de muchos de ellos.

La suerte estaba echada, y después de un rastreo casi detectivesco lograron encontrar las matrices originales de la fábrica en un sótano húmedo y oscuro, en el sur de Brasil, luego de investigaciones exhaustivas que incluyeron entrevistas, viajes, investigaciones, etc, etc


Casi en los años 80 quebró la empresa que los fabricaba y las matrices se vendieron a una empresa brasileña que también cerró y arrumbó toda la maquinaria en depósitos.

Antonio Dimare fue un inmigrante italiano que llegó a la Argentina en 1957 y cuando se enteró de esta perdida puso todo su esfuerzo en rescatarlas.

Lo cuál no fue fácil, ya que debió iniciar la pesquisa y a fines de 2004 logró tener indicios claros de los lugares exactos donde podían estar las famosas matrices de los rasti.

Y aunque llegó al destino extacto, las matrices estaban rotas, desarmadas e incompletas. No obstante y en silencio, comenzó un trabajo lento pero con la satisfacción de quién sabe que al final logra lo que quiere.

Durante varios años toda la familia Dimare se dedicóa realizar los trámites para comprar la marca, recuperar y retocar las 108 matrices, contratar empleados (de 11 pasaron a 58, ahora tienen más de 100), invertir en máquinas inyectoras, ampliar la planta y re diseñar las emblemáticas cajas color cian.

Así después de casi dos años de esfuerzo inusitado, los ladrillos Rasti volvieron a ver la vida en las jugueterías de casi todos los barrios porteños y pronto en las jugueterías (primero fue por encargo, luego llegaron a todas) de toda Argentina y de los países vecinos.

Los Rasti son algo más que un juego didáctico. Son lo más para varias generaciones y fueron modelo y referente de la industria nacional del juguete que vivió su época de oro en los '60 y '70.

Daniel Dimare tiene mucho que ver en esta vuelta victoriosa de los Rasti. Director de Marketing de la empresa familiar, brinda conferencias sobre el caso de éxito de Rasti por todo el país.

.Los Dimare hoy manejan los hilos de este clásico. Papá Antonio le pasó el mando a sus hijos: Daniel es licenciado en Administración con posgrados en Marketing Estratégico y en Administración y Planeamiento Estratégico. Fabián tiene estudios en Publicidad, en Finanzas y en Dirección de Pequeñas y Medianas Empresas. Sergio se diplomó en Dirección de Logística. Gabriel se recibió de licenciado en Comercialización. Y Sabrina cursó la carrera de Administración. Cinco hijos que conforman la pyme familiar emblemática que fabrica juguetes didácticos desde 1965 --las líneas Bimbi, Blandi--. En 1975 lanzaron Blocky, un sistema propio de ladrillos que emulaba el clásico sistema de encastres de Rasti, marca que Antonio Dimare admiraba por su calidad y tecnología.

El sistema original se fabricó en Argentina a través de la fábrica Knittax, de máquinas de tejer, propiedad de la familia Müller que trajo desde Alemania el sistema. Rasti surge de la palabra "rasten", que significa "afirmar, asentar dando solidez, estabilidad y firmeza".

Por todo esto, podemos afirmar con amor y admiración que los rastis siguen más vivos que nunca y que hoy cuentan con fanáticos que primero en forma individual y que luego en clubes de fans, ferias, eventos corporativos, jornadas y congresos, se han juntado para decir mucho sobre este asombroso juguete, que para ellos es más que un juguete.

La fábrica produce hoy 125 millones de ladrillitos por año, a los que sumó manuales pedagógicos y materiales didácticos. Además, los tutoriales tienen miles de visitas en Youtube.

El Rasti no hay dudas, se supo adaptar a los tiempos que corren.