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Librerías, la calle Florida, antigüedades....Buenos Aires tiene todo para este finde

Muchas opciones de lectura para grandes, jóvenes, niñas y niños.

# Para los amantes de la lectura

Las principales librerías de Buenos Aires se encuentran en la calle Florida y las avenidas Corrientes y Santa Fe, y desde hace unos años también abrieron sucursales en distintos barrios porteños: Palermo, Caballito y Belgrano.

Algunas editoriales se han dedicado a temáticas específicos, como Corregidor, de la calle Rodríguez Peña, y sus libros del Buenos Aires de ayer, o San Pablo, de neto tinte católico, o empresas editoras de publicaciones técnicas, en inglés, de entretenimientos, médicas (en la zona de la Facultad de Medicina), deportivas, etc. Cerca de Tribunales, por ejemplo, las librerías se especializan en temas jurídicos.

También existen librerías de viejo o anticuarias, donde pueden encontrarse obras de gran valor histórico, especialmente de autores y ediciones europeas, ya que en el Viejo Continente son inhallables o cuestan verdaderas fortunas y a la Argentina llegaron con los inmigrantes de otra época.

Es cierto que las librerías también incorporaron espacios de lectura, con mesas, sillas y sillones que, muchas veces, incluyen la posibilidad de tomar un café. Los sectores para niños también crecieron y se adaptaron a los requerimientos de los más pequeños con sillitas y almohadones que invitan a la lectura.

Las principales librerías de este tipo atienden en el Centro, como Alberto Casares, Fernández Blanco y Prado. También pueden encontrarse en Avenida de Mayo, el nuevo circuito de San Telmo y, para los más buscadores, los saldos de las ferias en Parque Centenario, Parque Rivadavia y Plaza Italia.

Entre las librerías más visitadas se destacan Librería Santa Fe, Cúspide, Paidós, El Ateneo, Yenny, Huemul, Prometeo, Distal y otras.

# Florida, para caminar Buenos Aires

Peatonal desde 1971, guarda el paso de miles y miles de transeúntes.

Podría decirse que Florida es una de las calles más concurridas por turistas y locales para hacer compras. Es que en ella se concentran cientos de negocios que ofrecen diversos productos para hombres y mujeres, de todas las edades.

A su paso también se levantan singulares edificios y además se encuentra la manzana de las Galerías Pacífico, entre Viamonte y Córdoba, el actual shopping y patio de comidas que fue, en principio, un encargo de los almacenes Bon Marché de París, pero que, si bien se terminó la obra, nunca lo utilizaron.

Tiempo después, el edificio pasó a ser propiedad del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, y en uno de sus salones se creó hace cien años la Academia Nacional de Bellas Artes y la Escuela de Artes Decorativos de la Nación. En su interior también funciona el Centro Cultural Borges, con exposiciones y muestras permanentes.

Cruzando la avenida Córdoba se encuentra otro edificio de bellas líneas, el del Centro Naval, inaugurado en 1914. En la misma fecha el estudio Conder dio a luz las grandes tiendas Harrod´s.

Los quioscos de revistas ubicados en el centro de la arteria tienen muchas publicaciones extranjeras que no se consiguen en otros lugares. En ciertos tramos, como frente a las Galerías Pacífico, es posible ver bailar el tango o escuchar algunos músicos, que luego levantan su “recaudación” pasando la gorra.

Hace muchos años, la calle Florida fue un claro símbolo aristocrático. De hecho, muchos escritos de aquella época hacen referencia. Por ejemplo, Enrique Cadícamo le puso letra a la música de Juan Carlos Cobián del tango El aristócrata: “Toda la calle Florida lo vio, con sus polainas, galera y bastón... Dicen que fue, allá por su juventud, un gran Don Juan del Buenos Aires de ayer. Engalanó la puerta del Jockey Club y en el ojal siempre llevaba un clavel.”

Y en Estampas de Buenos Aires, Manuel Mujica Láinez recuerda que por esta calle caminaban los hombres que luego fueron “calles”, como Avellaneda, del Valle, Mitre y Bernardo de Irigoyen, quien vivía en Florida y Tucumán.

Florida, una calle con historia que sigue haciendo historia

# Viajar al pasado....o visitar las ferias de lo antiguo

Un circuito muy transitado en Buenos Aires. Los objetos, conservados de antaño, suelen guardar en sus funciones y diseño, en su arte y confección, historias de la vida del pasado. Para conocer la ciudad y recorrer sus calles, para acercarse un poquito a aquellos que la habitaron, un buen plan es conocer las ferias de antigüedades que ofrece Buenos Aires.

Cualquier día de la semana puede transformarse en un buen momento para acercarse hasta Conde y Dorrego, en el límite entre los barrios de Palermo y Colegiales, donde se encuentra el Mercado de las Pulgas. Allí se ofrecen reliquias de verdadero valor.

Se trata de uno de los mercados de antigüedades más importantes de la ciudad, donde es posible encontrar muebles de todas las épocas, relojes, cuadros, arañas, artículos de porcelana, televisores, juguetes, máquinas de escribir, alhajas y objetos que sorprenden por su extravagancia y originalidad.

En San Telmo, los domingos, la protagonista de la velada es la Feria de Antigüedades, que despliega sus doscientos setenta puestos en la Plaza Dorrego, Humberto Primo y Defensa.

Con el objetivo de impulsar la recuperación del barrio, la Municipalidad dispuso que los vendedores se asentaran en la zona en 1970 y fue tan fuerte la identificación, que los comercios aledaños de a poco fueron transformándose en prestigiosos anticuarios.

Con la norma específica que determina que la mercadería debe ser anterior a los años sesenta, conviven en la feria rarezas que formaron parte de la vida cotidiana de los habitantes del pasado, como discos, revistas, los característicos sifones argentinos, muñecas de porcelana, carteles fileteados, prendas y joyas.

Los objetos traídos del exterior por los inmigrantes también forman parte de la oferta. Mantones, abanicos, pinturas, cajas musicales, adornos, billetes, monedas y cristalería son algunos de los recuerdos que pueden adquirirse entre el sinfín de artículos.