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A 30 años de la muerte del Negro Olmedo. ¡¡¡Cómo se lo extraña...!!!

Sus personajes inolvidables son recreados día a día por la cultura popular, por los videos de you tube y por el boca en boca.

Hoy 5 de marzo se cumplen tres décadas de aquel verano negro en Mar del Plata, que conmocionó al país y que se llevó físicamente a uno de los artistas populares más grandes que tuvo Argentina y que murió a los 54 años.

El restaurante Hamburgo fue testigo de la cena que se venía sosteniendo esa noche del 4 de Marzo, sobre la avenida Colón. El clima era de fiesta. La función a sala llena de Eramos tan pobres había terminado y todo estaban cenando tranquilos.

Había una mesa presidida por Alberto Olmedo, con Divina Gloria, Javier Olmedo, Beleme (un secretario), Juan Carlos Casas (un amigo), César Bertrand y su hijo René, y otros comensales, que luego de lo que pasaría en horas recordarían ese momento para el resto de sus vidas.

El menú lo había elegido Olmedo: cochinillo de cerdo. Y de postre panqueques de manzana para terminar con la velada e irse a dormir tranquilos ya que al otro día los esperaban dos funciones (sería sábado y Mar del Plata quería ver otra vez a su gran ídolo)

Todos se despidieron y Alberto Olmedo se fue a su departamento frente a playa Varese. Ahí, junto a su mujer y luego de una noche de alegría, cometió el error de salir al balcón y hacer un chiste, y cayó al vacio.

Había perdido la vida el capocómico más grande que tenía y tuvo Argentina, y fue en su momento de mayor popularidad. Todo lo que tocaba lo transformaba en oro y en el país se vivía la Olmedomanía gracias a esas creaciones de seres sin suerte: chantas, vivillos, charlatanes, buscas y pusilánimes.

Personajes influenciados por sus amigos. "Estos personajes son algunos de mis amigos de Rosario, que de alguna manera me acompañan", explicaba el hacedor de frases que todavía hoy resuenan.

Frases imborrables como "Me trajiste a la nena", "Y, si no me tienen fe", "Adianchi, adianchi", "Eramos tan pobres" y otras que quedaron inmortalizadas en el imaginario popular argentino y que hoy pueden disfrutarse con entrar a you tube y poner "lo mejor de Olmedo" entre tantas búsquedas también exitosas que nos llevarán a ver las andanzas del ídolo.

"Se murió en la cumbre y tomando champagne, no internado y babeando", dijo su última pareja Nancy Herrera, quién era la acompañante del negro en esa madrugada trágica. Olmedo cayó desde el balcón del piso 11, ubicado en el edificio Maral 39.

Tenía 54 años y seis hijos (Fernando murió en 2000, en el mismo accidente de tránsito que sufrió el Potro Rodrigo) de las tres mujeres más importantes de su existencia: Judith Jaroslavsky, Tita Russ y Nancy Herrera.

A treinta años exactos de su trágica desaparición, Olmedo se mantiene omnipresente en la memoria de todos los argentinos y argentinas que tienen más de 40 años.

Martín Bossi (uno de los mejores imitadores que tiene Argentina) le hace en su espectáculo teatral un emotivo homenaje en cada temporada.

O la estatua de su Borges (con Alvarez), en Corrientes y Uruguay, que es la más fotografiada entre todas sus pares.

Y hasta un musical que se estrenó en Miami lo sigue recordando.

Personajes como Rucucu, El Manosanta, el Yeneral González, el encantador Borges del sketch con Alvarez (Javier Portales) y ese par de perdedores sin igual como Chiquito Reyes, el marido cornudo, y Rogelio Roldán, el explotado jefe de cadetes, son parte de los imperdibles de este genio que supo hacer reir y llorar de risa a quién se sentaba frente al televisor para esperar sus geniales personajes.

"Era como un dibujito animado pero vivo" dicen los chicos. Y no se equivocan. Eso logró el Negro Olmedo

Gracias....